Dioni, el borracho

Dioni, el borracho
La poda de parras es la cirugía arbórea para borrachos.

Dioni era un hombre que le gustaba mucho beber. Todos los días se iba al bar de la esquina a tomar unas cañas con sus amigos. No le importaba nada más que el alcohol y la diversión. Su mujer, Lola, estaba harta de sus borracheras y de sus mentiras. Un día, decidió dejarlo y se fue de casa con su hijo pequeño.

Dioni no se dio cuenta de que se había quedado solo. Siguió con su rutina de beber y beber, sin preocuparse de nada. Un día, cuando volvía a casa tambaleándose, se encontró con un perro callejero llamado Parras que le ladró. Dioni se asustó y le tiró una piedra. El perro se enfadó y le mordió la pierna. Dioni gritó de dolor y salió corriendo.

Llegó a su casa y se echó en el sofá. Se durmió sin darse cuenta de que la herida se le había infectado. Al día siguiente, se despertó con fiebre y delirios. No tenía a nadie que le cuidara ni le llevara al médico. Se levantó y fue al baño. Se miró al espejo y vio que su cara se había transformado en la de un perro. Se asustó tanto que se desmayó.

Cuando se despertó, se dio cuenta de que todo había sido un sueño. Se sintió aliviado, pero también avergonzado. Pensó en su mujer y en su hijo, y en lo mal que los había tratado. Decidió que tenía que cambiar su vida y dejar el alcohol. Se vistió y salió a la calle. Se dirigió al bar de la esquina, pero no para beber, sino para pedir perdón a sus amigos y decirles que se iba. Luego, cogió un taxi y fue al aeropuerto. Compró un billete para el primer vuelo que salía. No sabía a dónde iba, pero sabía que tenía que empezar de nuevo.