Las palabras en cursiva nos avisan de su carácter enajenado; las negritas de su carácter fuerte de mulatas; las MAYÚSCULAS de su grito de superioridad aria y las normales o redondas de su mediocridad o flatulencia. Las subrayadas, en cambio, se suben a un pedestal por sus MAYÚSCULAS aspiraciones, aunque las más de las veces acaban enajenadas.

El carácter tipográfico