He descubierto que puedo dirigir la cámara al punto de vista que yo desee, pero nunca cambiar el objeto contemplado, siempre es P. la protagonista de “mi” ficticia película, la cámara no responde a mis intentos de cambiar este interminable plano-secuencia. Sólo mi sueño produce las elipsis, los cortes, los planos y contra planos tomados a P. Siempre P. Por ejemplo, es inútil calcular la distancia que recorre P. y el tiempo me parece demasiado subjetivo para servir de referencia, por tanto me limitaré a describir los hechos que se me van presentando, lo más desnudos de interpretaciones y suposiciones precipitadas, tan sólo me permitiré hacer hipótesis plausibles de lo que se me permite ver. […]

CHIRÓN 5/5