La idea pareció cuajar inmediatamente en el auditorio pues, antes incluso de que hubiera acabado, el público prorrumpió en un largo, caluroso e incontenible aplauso.

Gracias, gracias… -prosiguió- Me complace enormemente su aplauso, no por lo que me honra, sino al confirmar con el mismo que, incluso ustedes, legos en la materia, se sienten mejor dibujados, mejor comprendidos, si cabe, con esta teoría que con su precedente. Me complace observar que se sienten idenficados con la misma más que con su predecesora madrastra. Sin embargo, permítanme que defraude un poco su entusiasmo y expectativas actuales. -los murmullos, que se habían mantenido hasta ahora, cesaron de inmediato y para siempre.

HERBERT QUANT