Hoy me he unido, por propia voluntad, a la logia secreta de Welcome Wallace, y resulta que, para hacerme «Pelícano blanco», me han pasado una lista de expresiones prohibidas. Por lo visto, ya no debo decir nunca más, ni tampoco escribirlo: “Sonreírle a la vida”, “me duele el corazón (si no es estrictamente por un infarto)”, “tengo mariposas en el estómago” o “amor verdadero”… Ni siquiera “me duele el alma”. Y si quiero que este año me asciendan a “Cormorán azul”, o tan siquiera a “Albatros encarnado”, ya me puedo ir olvidando de: “hombro dónde dejar mis lágrimas” y de “Mi voz está hoy sobre una base de dolor (si no se trata de una base militar o una de baseball)”.
No obstante, creo que puede merecer la pena… Después de todo, señoritas presentes, viudas acaudaladas, caballeros ignífugos, siempre he tenido una inclinación notable a comportarme como un pajarraco…

Hoy me he unido por propia voluntad a...