Me han encargado unos trabajitos y he tenido que volver de nuevo. Al principio me resistí, pero ya no tengo más excusas, así que me dispongo a bajar… y bajo. Es difícil acostumbrarse… Ya había olvidado lo desagradable que es esto. Ahora, lo que menos soporto de la Tierra es que me persiga la sombra. No deja de ser inquietante, sobre todo para una potestad angélica degradada a simple angelote meón de esta fuente.

La fuente