El taca-taca de madera de los años 60 era perfecto para dejarse los dedos machacados. Pues ese es precisamente mi primer recuerdo de la infancia. Aprender a andar fue duro para los dedos de las manos. No para los de los pies. Así pues la conciencia nació en mi como un dolor digital. Un dolor digital de taca-taca.

METIDO EN EL TACA-TACA