Paco nuestro,
que estás en el cielo (fiscal),
salteado sea tu pobre
y venga a nosotros tu ibérico;
hágase mi inmoralidad,
en las perras que están en celo.
Danos hoy nuestro champán de cada día;
perdona nuestras deudas,
así como nos las perdona Hacienda;
no nos dejes caer del sillón
y líbranos del tribunal.
Amén.

Paco nuestro que estás en el cielo fiscal...