Es hipnótico el sonido de xilófono de las gotas de lluvia en el bosque, mientras el agua chispeante –como un masajista de dioses de floresta– recorre mi rostro desnudo y delirante de cometa infantil y cuerpo cachirulo.
Es hipnótico el sonido de xilófono de las gotas de lluvia en el bosque, mientras el agua chispeante –como un masajista de dioses de floresta– recorre mi rostro desnudo y delirante de cometa infantil y cuerpo cachirulo.