Según la herrumbre

Según la herrumbre

Danzor olvidé bien, egópata,
donde la felicidad se hallaba,
salvaguardándola como tesoro,
al habitar la prueba de otros.

En sembrados de otras vidas impuras,
gente podía hallar castigo o conversión,
viendo en ello una idea propia,
explicarme la consoladora verdad.

Entre el grito y el musgo, según la herrumbre,
apariencias cambiantes como climas,
bautizo de emociones recibirán, y
en paños de nostalgia me envolvía.

Las estaciones, testigos de mi tontería,
capitales abiertamente derrochadas,
en pareja con los principios viejos,
y una bastarda de Corán especial.

Tragado por el tiempo como hervidos sueños,
distraído por los licores del olvido,
aquelarre de emblemas en el ganado del destino,
mis abuelas solían decirlos todos, según la herrumbre.

Ahora, en la senda del recuerdo,
te invito a caminar conmigo, otrólata,
por los senderos de esta vida, savia y vigor,
donde las palabras son versos mudos,
y los versos, suspiros del perenne estruendo.