Volvamos a la nostalgia de la luz

Volvamos a la nostalgia de la luz

Volvamos a la nostalgia de la luz,
donde los recuerdos se vuelven suspiros,
donde el corazón revive viejas sonrisas,
y el alma danza entre sueños y susurros.

En el crepúsculo dorado del ayer,
las sombras se entrelazan con la esperanza,
las estrellas se visten de melancolía,
y los días se tiñen de una dulce añoranza.

Recordemos aquellos momentos radiantes,
donde la vida era un lienzo de emociones,
donde el sol pintaba nuestras ilusiones,
y la luna susurraba secretos brillantes.

En la nostalgia de la luz nos sumergimos,
en los atardeceres de besos robados,
en los amaneceres de sueños cumplidos,
donde el tiempo se detiene en nuestros pasados.

Revivamos las risas que el viento llevó,
las caricias perdidas en la lejanía,
los abrazos sinceros que el tiempo olvidó,
y las promesas eternas en nuestra poesía.

Volvamos a aquel rincón de nuestras memorias,
donde los suspiros se entrelazan con la brisa,
donde los besos flotan en suaves historias,
y el amor se convierte en nuestra divisa.

La nostalgia de la luz nos envuelve en su abrazo,
despertando los anhelos que duermen en el alma,
nos sumerge en un mar de dulce deseo,
y nos guía de nuevo a la cima de la calma.

Volvamos a la nostalgia de la luz,
a esos días dorados de encanto y pasión,
donde los sueños se funden con la realidad,
y el corazón encuentra su eterna canción.